Atonía Uterina y Hemorragia Postparto
Tras el parto, el útero vacío involuciona por una contracción autónoma del músculo liso que lo compone conocida como miotaponamiento. Esto hace que se contraigan a su vez los vasos sanguíneos que transcurren entre las fibras musculares de la zona donde se insertaba la placenta, un fenómeno descrito clásicamente como “ligaduras vivientes de Pinard”. Por ese motivo, comprobar una vez expulsado feto y placenta que el útero está duro y a la altura del ombligo es una maniobra obligada en todos los partos. A continuación se produce una microtrombosis en las terminaciones vasculares del lecho placentario que obliteran su luz, fenómeno conocido como trombotaponamiento. La placenta debe expulsarse íntegra y el proceso de desprendimiento y expulsión es cuando mayor es el riesgo de hemorragia.
Se define como ATONÍA UTERINA la falta de contracción del útero tras el parto, lo que impide la formación de las ligaduras vivientes de Pinard y provoca una pérdida de sangre continua procedente del lugar donde estaba implantada la placenta. El útero se encuentra blando y atónico, pueden existir restos en su interior y la hemorragia provocar un trastorno de coagulación conocido como coagulación intravascular diseminada o coagulopatía de “consumo”, fenómeno de extrema gravedad en el que el organismo pierde el control de los mecanismos homeostáticos al agotarse la producción de factores de coagulación debido al sangrado excesivo. Este desorden da lugar a la aparcición de hemorragias en diferentes partes de cuerpo y al mismo tiempo trombosis de la microcirculación provocando un fallo orgánico por aparatos.
La hemorragia postparto es por tanto la principal consecuencia de la atonía uterina.
Esta situación clínica dispone de una Guía práctica de asistencia que publica al respecto la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia: HEMORRAGIA POSTPARTO PRECOZ (HPP), y se define como el sangrado mayor de 500 cc tras un parto vaginal, o mayor de 1.000 cc tras una cesárea, o bien cualquier hemorragia que amenace con ocasionar una inestabilidad hemodinámica en la parturienta.
En España, donde la mortalidad materna se estima en 7,15 mujeres por cada 100.000 nacidos vivos, la HPP es responsable de 23,07% de esta cifra. Cuando sucede una hemorragia del postparto, a la atonía uterina como causa más frecuente le sigue la retención de restos placentarios, lesiones del canal del parto o alteraciones de la coagulación detectadas con anterioridad, con arreglo a la siguiente tabla en la que se enumeran las causas de la hemorragia postparto: